miércoles, 17 de marzo de 2010

En el lavabo.


Era Agosto, y decidimos pasar una tarde en Sitges. El ambiente era realmente caluroso y pasear por la playa era imposible, así que decidimos adentrarnos en el pueblo. Tomamos algo en un bar del centro y seguimos paseando por la sombra.
Callejeando llegamos hasta una plaza arreglada recientemente y totalmente vacía. También habían instalado unos lavabos semienterrados... y allí fue donde se me encendió la bombilla.
Cogí a mi acompañante y le dije que me siguiera. Entramos en uno de los lavabos y comencé a sobarla. Al momento pillo mi idea y le encantaba. Se dejo sobar los pechos vestida y después metí mi mano debajo de sus pantalones y comenzó a estremecerse. Nunca había creído que le gustara eso, pero se puso realmente caliente.
Me quito la camiseta y comenzó a lamerme los pezones y después se sentó en el lavabo y comenzó a chuparme la polla como loca. Después se puso de espalda a mi y se reclino sobre la cisterna y se bajo los pantalones y el tanga. Yo comencé ha hacerle el amor mientras ella se tapaba la boca con el brazo para no gritar.
Alguien entro en el lavabo y los dos paramos... esa persona entro en el baño de al lado y yo me movía lentamente mientras ella me miraba de reojo... la persona se marcho y volvimos a nuestro ritmo hasta que ella y yo nos corrimos.
Después salimos del baño con una gran sonrisa y volvimos a casa, en tren, con esa gran sonrisa.
Me encantan las locuras y a ella también le encanto.

1 comentario:

Yemaya dijo...

Una locura que os dejó un dulce sabor de boca. Es que el morbo en cualquier relación es el motor de la pasión y mantiene la llama del deseo encendida siempre.
Besos y susurros muy cálidos